Biblioteca Daniel Cosío Villegas

antecedentes 

Una idea que podría explicar por qué la Biblioteca Daniel Cosío Villegas ha llegado a ocupar el lugar que actualmente tiene, tanto en El Colegio de México como en la vida académica del país, se desprende de lo que expresa Josefina Zoraida Vázquez en la introducción de su libro sobre El Colegio de México al afirmar que en éste ha permanecido un mismo espíritu a lo largo de los años: “... la convicción de que la única garantía para una excelencia en la docencia está en fundamentarla en la investigación, es decir, en la medida en que los estudiantes reciban los instrumentos para convertirse también en investigadores”.1

De esta idea, originada en Alfonso Reyes y Daniel Cosío Villegas, se desprendió la concepción de la Biblioteca como el centro neurálgico de El Colegio. Este concepto ha estado siempre presente en los presidentes de El Colegio y ha sido el principal factor que permite entender lo que la Biblioteca es después de sesenta años: un lugar obligado de consulta para los mexicanos estudiosos de las ciencias sociales y las humanidades.

La forma de concebir los procesos de enseñanza-aprendizaje en la institución obligaba, pues, a construir una biblioteca orientada en sus colecciones a la investigación en primera instancia. A lo largo de sus sesenta años, El Colegio ha hecho un esfuerzo poco común entre instituciones similares por sostener y acrecentar su biblioteca. En no pocas ocasiones, el crecimiento de las colecciones se vio amenazado por recortes presupuestales pero nunca perdió su lugar prioritario en la ubicación de recursos para mejorar constantemente sus acervos y servicios. No le falta razón a Clara Lida cuando dice que “...posiblemente ningún dinero fue jamás mejor gastado que el que desde sus primeros momentos se invirtió en la Biblioteca de El Colegio...”2

La historia de la Biblioteca se inicia con la de La Casa de España en México. En aquella época, la Biblioteca poseía obras que apoyaron las labores de investigación de los intelectuales españoles refugiados, de forma tal que, junto al núcleo de libros de filosofía y literatura, se encontraban colecciones de neuropsiquiatría, oftalmología y química.

A fines de 1945, la Biblioteca contaba con poco más de 7 000 volúmenes. Ésa fue la Biblioteca que Francisco Giner de los Ríos entregó a Susana Uribe Ortiz, después de haberla cuidado desde sus orígenes.

Susana Uribe dirigió la Biblioteca durante 20 años, periodo solamente interrumpido en 1949, cuando Surya Peniche (actual subdirectora de la Biblioteca de México) estuvo al frente de ella durante seis meses.

La gestión de Susana consta de dos etapas. La primera concluye en 1960, con alrededor de 22 000 volúmenes. La segunda cubrió hasta 1965, en que el acervo ascendió a 45 000 volúmenes sin contar las publicaciones periódicas, que ya formaban parte importante del mismo. Fue entonces cuando la Biblioteca adquirió las características de colección especializada para la investigación y la enseñanza que ahora tiene. Luis Muro decía que Susana Uribe supo cuidarla “sin hacerle perder nunca su dimensión humana”.

Surya Peniche había ingresado como auxiliar de la Biblioteca en 1946. Fue la única auxiliar hasta 1952, en que recibió una beca para estudiar biblioteconomía en el extranjero. Cecilio Xolalpa Chavarría ocupó su lugar, con el mismo carácter, un poco más tarde.

Berta Ulloa se separó temporalmente del Centro de Estudios Históricos para coordinar la Biblioteca en un breve interinato que ocupó parte de 1965 y 1966. Berta estableció la estructura con que la Biblioteca operó hasta 1976. Ésta estuvo compuesta por las secciones de Adquisiciones, Servicios Técnicos, y Servicios al Público.

Ario Garza Mercado tomó posesión en agosto de 1966 y dirigió la Biblioteca hasta julio de 1989. Con Ario la Biblioteca consolidó sus funciones de apoyo a los programas de docencia e investigación de El Colegio de México y, al mismo tiempo, se configuró como una institución abierta al público en general. En el edificio de Guanajuato 125, esta apertura beneficiaba a estudiantes de una academia comercial y de varias preparatorias. Pero a partir de mediados de 1968 empezamos a discriminar, principalmente en virtud de las limitaciones del espacio, en favor de lectores más especializados, porque son ellos quienes generalmente tienen mayor necesidad de una biblioteca de este tipo.

Sería largo enumerar las contribuciones de Ario Garza Mercado además de la planeación de la construcción del edificio que reseñaremos en los siguientes párrafos. Sin embargo, debe destacarse la profesionalización del trabajo bibliotecario dentro de El Colegio de México, que quedaría incorporado al Estatuto del Personal Académico de la institución. Además, con él se inicia la integración de la biblioteca a los programas docentes de El Colegio.

En marzo de 1974, la Biblioteca presentó el programa de necesidades para la construcción de las instalaciones de que disfrutamos desde 1976. No era ésta la primera vez que se presentaba un proyecto a largo plazo, pero sí la oportunidad de repensarlo para un periodo de 10 a 20 años, sin las limitaciones impuestas por las medidas y la distribución de los espacios fijos de Guanajuato 125.

La Biblioteca tiene un lugar especial en el edificio de El Colegio. Éste fue inaugurado por el presidente Luis Echeverría Álvarez el 23 de septiembre de 1976. Echeverría develó un relieve de Daniel Cosío Villegas, obra del escultor Federico Cantú, a la entrada de la Biblioteca. Desde esa fecha la Biblioteca lleva el nombre de quien fuera fundador, profesor e investigador de la institución.

La Biblioteca ocupa entre la tercera y la cuarta parte de los 24 000 m2 de la superficie originalmente construida en El Colegio. Está planeada como un edificio modular que puede adaptarse fácilmente, mediante la redistribución de espacios, a cambios importantes en la naturaleza de las colecciones, los hábitos de estudio e investigación, la estructura administrativa o los sistemas de trabajo.

 

 

la biblioteca de hoy

 

La Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México cuenta actualmente con uno de los acervos más importantes en América Latina sobre ciencias sociales y humanidades, y se ubica entre las cinco más grandes del país y, de todas ellas, es la que mantiene una relación más alta de bibliotecarios profesionales en su plantilla de personal. Está clasificada como biblioteca universitaria, especializada y de investigación, abierta a maestros, investigadores y alumnos, así como a toda persona de instituciones de educación superior y de otros sectores sociales del país.

Su propósito es apoyar los programas de investigación, docencia y difusión de El Colegio mediante la selección, adquisición, acceso, organización, conservación y canje de materiales bibliográficos para desarrollar las colecciones especializadas sobre los temas de estudio, enseñanza e investigación; la catalogación, clasificación y organización de las colecciones para ponerlas a disposición de sus usuarios y la oferta de servicios de referencia, información, préstamo de materiales e instrucción de usuarios además de mantener convenios de cooperación con otras unidades de información y organizaciones afines para ampliar el acceso a los recursos informativos.

Producto de la mencionada planeación del edificio, ha sido la posibilidad de hacer múltiples adaptaciones y redistribuciones que optimizan sus servicios y que permiten contar con una capacidad lineal de estantería de aproximadamente 26 km y una división en tres plantas. En la planta de acceso se brindan servicios para uso de los lectores internos y externos como son: módulo de orientación, mostrador de préstamo, fotocopiadoras de autoservicio, guardarropa, colección de obras de referencia, 120 lugares para lectura individual, cinco cubículos para trabajo en grupo, computadoras para acceso al catálogo en línea, entre otros; las otras dos plantas son para uso exclusivo de los lectores internos y con membresía y cuenta con 240 lugares para lectura individual, 30 cubículos para trabajo en grupo, la colección general, la colección especial, sala de cómputo para estudiantes, computadoras para el acceso al catálogo en línea y fotocopiadoras de autoservicio.

El acervo de la Biblioteca conforma una colección sobre ciencias sociales y humanidades especializada en administración pública, economía, estudios internacionales, demografía, desarrollo urbano, historia, lingüística, literatura hispánica, política y sociología, y en menor proporción, traducción, estudios acerca de la mujer y el impacto social de la ciencia y la tecnología. Por áreas geográficas, el desarrollo de la colección está enfocado hacia América Latina, Asia, África, la Comunidad Europea, así como a los temas incluidos en el estudio de las relaciones entre México y Estados Unidos.

La colección se compone de más de 600 000 volúmenes que representan casi 350 000 títulos de libros y folletos; un importante acervo de publicaciones periódicas de más de 7 600 títulos; una colección de documentos de Naciones Unidas y más de 628 bases de datos referenciales y de texto completo en discos compactos; una amplia colección de microtarjetas y micropelículas así como una muy completa colección de tesis doctorales presentadas en universidades de Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña sobre los temas de interés de El Colegio. La colección de audiovisuales relativa a México está formada por videos, diapositivas, cintas, discos sonoros, etcétera. La Biblioteca también ofrece acceso a un importante número de bases de datos remotas y a recursos electrónicos especializados en las materias de estudio de El Colegio.

La mayoría de los materiales del acervo de la Biblioteca, con excepción de periódicos, revistas, obras de consulta y colección especial pueden obtenerse en préstamo a domicilio por los profesores-investigadores, estudiantes, becarios, empleados y funcionarios de El Colegio; en préstamo en sala por los lectores externos o en préstamo interbibliotecario por miembros de otras instituciones mediante convenios establecidos con la Biblioteca y que a la fecha suman 351, entre las que destacan la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Iberoamericana, el Instituto Tecnológico Autónomo de México, el Centro de Investigación y Docencia Económicas, el Instituto Dr. José María Luis Mora y el Banco de México. Además la Biblioteca participa desde hace más de 10 años en el proyecto de Préstamo Interbibliotecario México-Estados Unidos, mediante el cual ofrece acceso a las colecciones de la University of Texas, New Mexico State University, Arizona State University y Texas A&M International University.

Atendiendo a las necesidades de sus usuarios, la Biblioteca ofrece el servicio de orientación, a través de un módulo diseñado ex profeso en donde se atienden preguntas básicas y se ofrece instrucción sobre el uso del catálogo y las bases de datos en línea o en discos compactos. Existen también cinco bibliógrafos encargados de brindar un servicio personalizado de referencia y, que en general, atienden las necesidades de información de los usuarios de cada Centro o Programa de El Colegio; los bibliógrafos ofrecen, además, visitas guiadas o sesiones de instrucción y/o inducción con el propósito de familiarizar a los usuarios internos y externos –y muy especialmente a los estudiantes de nuevo ingreso– con los servicios, recursos y procedimientos de uso del catálogo y de otros recursos de la Biblioteca.

La Biblioteca ofrece, los años pares, un curso intensivo de técnicas de estudio independiente e investigación enfocado a 1) las fuentes de información en ciencias sociales y humanidades y 2) los aspectos formales de proyectos de ensayos y tesis, de las preliminares del escrito y del aparato bibliográfico; y, los años nones, ofrece un curso intensivo de planeación de edificios para bibliotecas.

 

 

el futuro

 

La Biblioteca se hizo pensando en el usuario de El Colegio. Esta institución privilegia la formación de las habilidades informativas necesarias para la investigación y, por ende, el pensamiento crítico, enfatizando los aspectos formativos en los procesos de enseñanza-aprendizaje.

De aquí que la formación de usuarios de recursos informativos haya sido una función importante para apoyar las labores de docencia y la generación de nuevo conocimiento.

Con la irrupción acelerada de las tecnologías de información, la formación continua de usuarios ha cobrado todavía mayor importancia y se enfrenta al reto del creciente número de fuentes de información disponibles y a la mayor disponibilidad de información antes de difícil acceso.

Este nuevo mundo “globalizado” de información impone la necesidad de una mayor personalización de los servicios que se ofrecen al usuario, privilegiando siempre el uso de las colecciones impresas por encima de las promesas de la información virtual, al menos en el mediano plazo.

Así, la misión de la Biblioteca debe ser la de constituirse en una institución competitiva y de excelencia, caracterizada por:

 

• La forma en que haga accesible la información a la comunidad de El Colegio, independientemente del lugar donde aquella se encuentre.

• Su proyección y liderazgo en los servicios de información dirigidos a la comunidad académica del país.

• Su papel activo en actividades que beneficien a la comunidad bibliotecaria del país.

 

Para lograr este futuro, la Biblioteca deberá consolidarse como una unidad de servicio dedicada a enlazar a la comunidad de El Colegio de México con recursos y servicios informativos relevantes para las tareas de investigación, docencia y difusión, y por extensión, ofrecer estos servicios a la comunidad académica del país.

Además, la Biblioteca deberá adaptar con inmensa creatividad, de acuerdo con las necesidades de su comunidad, las tecnologías de la información que faciliten el acceso a los diferentes tipos de formatos (impresos, electrónicos, digitales, etcétera), con el objeto de proporcionar un punto de acceso único a todas las colecciones pertinentes a las áreas de estudio de El Colegio. Deberá aprovechar las nuevas tecnologías para preservar y difundir materiales impresos e incorporar al catálogo las colecciones de materiales electrónicos como, tablas de contenido, bases de datos de texto completo, libros y revistas electrónicas, etcétera. Es importante hacer accesible el catálogo a través de opciones y puntos de acceso múltiples, de manera unificada, integrando las posibilidades que brinda la tecnología para que los usuarios “dialoguen” con la biblioteca en un lenguaje natural.

Es importante mantener un crecimiento sostenido (4%) de las colecciones y llevar a cabo un programa permanente de evaluación de las mismas, garantizando así la optimización de los recursos financieros disponibles, una mejor distribución de los espacios y una alta selectividad de los materiales incorporados al acervo (físico y electrónico).

Se pretende difundir de manera continua y sistemática servicios y productos informativos, y desarrollar las habilidades necesarias para que los usuarios sean independientes en el uso de la información y que, en esta medida, puedan hacer uso intensivo de las colecciones impresas y digitales. La Biblioteca estará obligada a dar seguimiento a las peticiones de cada usuario procurando que los tiempos de respuesta sean mínimos.

El logro de lo anterior es así que se requiere de la implementación de mecanismos, basados en los perfiles de interés de los usuarios internos, para actuar proactivamente en la difusión de las colecciones de la Biblioteca y en la personalización de sus servicios.

Es importante la participación del personal académico de la Biblioteca en cuanto a las labores de docencia e investigación de El Colegio a través de la impartición de cursos y talleres, dirigidos a la comunidad académica de El Colegio y del país; la asesoría y revisión de tesis y la publicación de resultados de investigación y de experiencias concretas en su área de especialidad.

Se pretende que el personal académico y administrativo trabajen de manera armónica y estén comprometidos con su trabajo al poseer las habilidades y conocimientos necesarios para contribuir al logro de sus funciones por lo que deberá existir un programa continuo de capacitación en el que se privilegie el trabajo en grupos y la participación en los procesos de planeación de la Biblioteca. La Biblioteca hará más eficientes los procesos administrativos a través de la mejora y evaluación continua por medio de la implementación de un sistema de información gerencial que favorezca la comunicación y la toma de decisiones.

La Biblioteca Daniel Cosío Villegas deberá mantener su rol actual mediante una presencia continua y pertinente en la bibliotecología mexicana, a través del auspicio y la participación en proyectos cooperativos que procuran la formación y actualización de recursos humanos y coadyuven, con sus experiencias y reflexiones, al avance académico en la profesión bibliotecológica.

La presencia determinante de la Biblioteca en el proyecto conjunto entre El Colegio de México, el Mexiquense, el de Sonora, el de la Frontera Sur y el de Michoacán, denominado “Red Colegios”, presenta una extraordinaria oportunidad para desembocar en un programa colectivo de educación a distancia, a partir de la creación de aulas virtuales que aprovechen la disponibilidad de una infraestructura capaz de transmitir a lo largo de la “Red Colegios” los acervos que poseen las bibliotecas, juntando videos, cintas sonoras, libros, revistas y bases de datos electrónicas, en sesiones multimedia que apoyen las funciones de docencia de las instituciones participantes.

Lograr todo esto, sin que se pierda la “dimensión humana” que ha caracterizado a la Biblioteca Daniel Cosío Villegas, es el mejor homenaje que puede hacerse al espíritu que animó a sus fundadores, hace sesenta años.

 

1 Josefina Zoraida Vázquez. El Colegio de México: años de expansión e institucionalización, 1961-1990. México: El Colegio de México, 1990 (Jornadas, 118), p. 10.

2 Clara E. Lida y José A. Matesanz. El Colegio de México: una hazaña cultural, 1940-1962. México: El Colegio de México, 1990 (Jornadas, 117), p. 105.